martes, 1 de noviembre de 2011

MEMO VIII


Esta semana me ocupé de desgravar la última entrevista realizada y armar un cronograma de las tareas que voy a llevar a cabo para avanzar en la investigación.

Entrevista con Daniela León:

Tanto vos como Boasso votaron en contra de la ordenanza que prohíbe la venta de alcohol nocturna. ¿Por qué realizaron ese voto y cuáles eran los objetivos que no veían viables en ese momento?

Fue el famoso proyecto de Agustín Rossi que se denominó la Ley Zeca en Rosario. Yo di el quórum para que se debata porque me parecía que era un tema que había que discutir pero no la voté porque en realidad no resuelve el problema de la adicción y de la discriminación que sienten algunos jóvenes de la ciudad y de la brecha que se abre cada vez entre jóvenes de distintos accesos o distintas posibilidades a la hora de divertirse. Además porque desde el punto de vista de la reglamentación el problema tampoco se resolvía. Lo que se prohibió fue la venta de bebidas alcohólicas en los maxi quioscos. Un rubro que hasta ese momento tampoco existía, o sea, salió una ordenanza que limita a un rubro que no existe en Rosario, pero si se podía vender en bares americanos o deliverys. Entonces ¿Qué pasó? Muchos maxi quioscos se convirtieron en bares americanos, los que tenían un lugar con más espacio, pusieron dos banquetas y una tabla y se transformaron, así siguieron vendiendo alcohol, desde ese punto de vista no se resolvió nada.

Por otro lado, la razón por la cual se sanciona la ordenanza es por la queja de los vecinos de la presencia de jóvenes tirados en la vereda tomando alcohol, que molestan de noche. Lo único que hicimos fue correr de lugar a estos jóvenes, porque si no podían agruparse en quioscos se juntaban en otros lugares. También con respecto a los accidentes que ocurren en un estado de exceso de alcohol lo que yo planteaba era que no necesariamente los jóvenes que compran alcohol en los quioscos son los que manejan vehículos. Esa ordenanza solo apunta a regular el comportamiento de jóvenes que compran una cerveza en un quiosco y no los que se alcoholizan en un boliche bailable por ejemplo, que son los que después salen del boliche en auto. Yo lo que planteé en el recinto es ¿Cuál es la diferencia entre un joven que se alcoholiza en un boliche y el que lo hace en un maxi quiosco? Para mí es lo mismo, y no me supieron responder.

La prohibición no resuelve ningún problema. Lo que yo planteaba era que si ya sabemos donde se juntan los jóvenes que se alcoholizan, ¿Por qué no hacemos un trabajo a través del área de promoción social con los asistentes sociales? Nos acercamos a ellos, vemos de que manera podemos trabajar para modificar esa conducta a través de diferentes recursos, de una reinserción en la sociedad conversando con los padres. Así lo único que hicimos es prohibir y la venta no cesó, hoy hay muchos jóvenes que siguen yendo a los maxi quioscos y salen con las botellas envueltas en papel de diario. Se habilita la venta ilegal, fuera de la normativa y eso presta todo un circuito de corrupciones. El inspector al que le pagan la famosa coima, el dueño del negocio que tiene que estar coimeando al inspector, a la policía. Entonces, desde ningún punto de vista se resolvía el problema. Por eso planteé que era una norma completamente hibrida y que iba a traer nuevos problemas que son los que hoy tenemos. Pensábamos que con una norma erradicábamos una conducta y nunca nos pusimos a atacar la verdadera causa. Sacamos a los chicos de la vereda pero no nos interesa lo que hacen de la puerta para adentro del boliche. Siguen generando inconvenientes. Además generalizamos a los jóvenes, aquellos que orinaban en los edificios o que violentaban los espacios públicos y la pregunta es ¿todos los jóvenes hacen eso? ¿Ningún joven tiene acceso a la diversión sana? Creo que se generalizó bastante. Hay que atacar puntualmente el problema, y esa es la función del Estado, sino ¿Quién lo hace? Pero bueno, la norma prosperó y es más el propio intendente, Lifschitz dijo a los seis meses que había sido un error sancionar esa norma.

¿No se puede revocar la ordenanza?

Si, se puede. Pero de hecho, hoy cuantos maxi quioscos hay que no son bares americanos. Muy pocos, y los que no lo son van por el circuito de la coima o del delivery. No siempre están habilitados para eso, pero el famoso dicho en Argentina es “hecha la ley, hecha la trampa”. Pero, seguimos con el problema. Tenemos muchos años de dictadura en la historia, sabemos lo que ejerce desde el punto de vista psicológico y de las conductas, la prohibición y después de 20 años de democracia creemos que prohibiendo se resuelve el problema. La verdad que es un retroceso en materia legislativa.

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