martes, 11 de octubre de 2011

Formato Libro


Título del libro: Ley Seca

Contenido: Investigación testimoniada y documentada sobre el soborno policial ante el surgimiento de la ley seca en la ciudad de Rosario.

Índice:

Prologo

Capítulo I:

1- La ordenanza.

2- Archivo 2004 - 2011

3- Las voces.

4- Hecha la ley, hecha la trampa.

Capítulo II:

1- El periodismo y los hechos.

2- El comando radioeléctrico

3- La Guardia Urbana Municipal

4- Ley Seca en Argentina

Capítulo III:

Anexo documental e imágenes.

Introducción:

La generación del 90 hoy ya se encuentra en la etapa de la adolescencia, estos jóvenes son caracterizados por el alto consumo de alcohol, entre otras cuestiones. Ante esta realidad una de las políticas que decidió implementar el gobierno municipal fue lanzar una ley zeca, que prohíbe la venta de alcohol después de las 22 en quioscos y minimarkets. El objetivo de la ordenanza era disminuir el consumo de bebidas alcohólicas y garantizar mayor seguridad en las calles rosarinas. Estos ejes no pudieron combatirse con una simple normativa y desde un principio esta situación fue prevista por algunos concejales que votaron en contra de la ley y por los comerciantes que consideraban que era ineficaz y que solo lograba dificultarles el trabajo.

No solo no cumplió los objetivos previstos si no que también a raíz de la normativa nacieron los tan conocidos Deliverys de bebidas o bares americanos y como si fuera poco, abrió camino al delito policial, dando lugar a la existencia de las coimas. Hecha la ley, hecha la trampa, con muchos obstáculos los quiosqueros se las ingeniaron para seguir comerciando alcohol ya que les otorga un gran ingreso los fin de semanas, el método más efectivo fue evadir los controles policiales pagando coimas a los oficiales del comando radioeléctrico de la ciudad, de esa manera pueden trabajar tranquilos.

Desde el año 2004 que fue aprobada la ley, el consumo de alcohol aumentó un 60 porciento entre los jóvenes y a más temprana edad se acercan a conocer los efectos del mismo. A los pocos meses de estrenar la ordenanza se llevaron a cabo diferentes controles en varios puntos de la ciudad y se chocaron con la realidad de que de 300 negocios a inspeccionar solo 60 se encontraron abiertos. Ya desde aquel momento se veía que la implementación de la ley era una utopía y mucho más sus objetivos. Hoy, después de siete años todo sigue igual, con un plus de que ahora los trabajadores del comando radioeléctrico se llevan unos pesos más en sus bolsillos de manera corrupta y los comerciantes pierden un poco mas de dinero por tener que someterse a estos sobornos.

El intendente de la ciudad, Miguel Lifschitz, reconoció que la creación de la ordenanza había sido un error, Daniela Leon, concejala por la Union Civica Radical insiste en que se podría haber inscontitucionalizado la ley pero nadie perdió tiempo en eso y los comerciantes siguen no conformes con la manera incomoda en las que le toca trabajar. La coima policial no es ninguna novedad pero la metodología con la cual la llevan a cabo deja mucho hilo para descoser. De una manera completamente impune cometen un delito para tapar otro y una vez la justicia no cumple con su deber. En esta investigación se recolectaron testimonios y documentos que certifican que esta situación es real y que los encargados de impedirla hacen vista gorda. Estas páginas dejan explicito la corrupción del comando radioeléctrico y la guardia urbana municipal y demuestran que el incumplimiento de la ley es un secreto a voces, al igual que muchos otros delitos.

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