lunes, 20 de junio de 2011

Memo II

El tiempo, gran problema para mi investigación. Qué lindo sería poder vivir de hacer esto que es tan apasionante y tan rico, pero la realidad es que la hago en los ratos que me quedan entre el trabajo y la facultad, lo cual me la dificulta demasiado. No se específicamente las razones, pero por momentos pienso en Walsh, me acuerdo de operación masacre o de ¿Quién mató a Rosendo? Y me inspira, me hace creer que el periodismo de verdad es posible y que no sólo se puede hacer basura como los programas televisivos GPS, o Calles Salvajes que se enmarcan bajo la bandera de investigación. Ese fabuloso escritos y periodista es uno de mis incentivos para continuar con mi trabajo, porque algún día quiere ser por lo menos un cuarto de lo que fue él.

Vengo atrasada me parece, pero estoy tranquila porque pienso que si las cosas se aceleran después salen mal, mejor hacer todo a su respectivo tiempo e ir dejando que fluya. Por otro lado me apura pensar que falta sólo una semana para el parcial y todavía no hice mi entrevista. De hecho todavía no decidí si hacerla con Ruiz Díaz o con el quiosquero, las dos son muy fructíferas. Si puedo voy a intentar hacer las dos, van de la mano, sería bueno tener esas dos caras para arrancar. Me surgen interrogantes como si les voy a hacer las mismas preguntas, sobre cómo será la recepción del quiosquero que en principio no fue muy amable; hasta pienso en que le puedo decir para convencerlo de que no lo quiero perjudicar y que necesito que me atienda más de una vez durante mi trabajo.

Por el momento ya formulé mis preguntas y ahora estoy en la búsqueda de que mis entrevistados me den una cita. Ruiz Díaz dijo tener mucho trabajo y me propuso charlar por teléfono, pero no me sirve, no le veo la cara, creo que los gestos son parte de lo que uno quiere decir y la expresión de su rostro me puede decir cosas que sus palabras no. Quedamos en que el me iba a llamar en dos días para acordar un encuentro el fin de semana y si no lo hace volveré a insistir yo. Por el lado del quiosquero, lo visité y le pregunté si quería tomar unos mates y charlar y me evadió diciendo que tenía que controlar un pedido que le había llegado, que pase el viernes a la tarde. Pensé que también puedo ir un día la noche y observar el movimiento.

De a ratos cuando estoy en casa tranquila y miro la tele, pequeñas cosas de los noticieros o de programas como Bajada de Línea me hacen recordar que tengo que avanzar con mi investigación y hasta me siento un poco estancada. Tendría que haberme acercado al tribunal de faltas a consultar si puedo ver las denuncias y por cuestión de horarios no lo pude hacer, eso me desilusiona un poco. Pero por otro lado pienso que haber establecido un mínimo vínculo con mis fuentes principales es un paso más. Las ganas todavía no las perdí y las posibilidades de lograrlo todavía existen así que voy a continuar pensando estrategias y buscando los elementos necesarios para llegar al objetivo.

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